Soñando...

 68 años hubieras alcanzado, ya hubieras sido un tio o un abuelo, seguramente con miles de achaques y millones de quejas. Yo ahora estoy mas cerca de tu edad (A esta altura 19 años de diferencia parecen casi nada) y vos ya hubieras olvidado como era tener 20: tus épocas de estudiante serían sólo anecdotas para entretener, y  aleccionar a veces, a hijos y nietos.... Estaríamos discutiendo de política, o quizás quejándonos porque coincidimos... De alguna manera intentaríamos arreglar este país, porque los argentinos siempre sabemos como, aunque parece que nunca podemos hacer nada. Hablaríamos sobre mil temas diferentes, pero seguramente uno de los más recurrentes sería criticar a los jovenes....los viejos siempre estamos quejándonos de los mas jovenes, de como se apresuran a vivir sin asumir responsabilidades, de como ignoran nuestra experiencia y nuestros consejos. Comparando sus vivencias con las nuestras. Vos, ya jubilado o a punto de serlo, estarías aburrido, preguntandote porque no te visitamos y nos estarías reclamando (quiero creer que lo harías). Y yo, en plena actividad, cansada, estaría dandote de excusas (a veces reales, a veces inventadas, no voy a mentirte ahora). 

   Son tantas las cosas que puedo imaginar, pero sólo puedo hacer eso: desear un presente que no está, una vida que no estuvo, una vida que nos arrancaron. Nada puede borrar ese 6 de diciembre, la terrible forma en que se creo tu ausencia, que se llenó de dolor, aunque hoy sólo sea tristeza. Esa furia desgarradora que, como una tormenta constante, azolaba nuestras vidas ya no está, tampoco la devastación que le procede. Nos levantamos, reconstruimos, perserveramos, una y otra vez, siempre que hizo falta; pero nunca, jamas olvidamos. Estás, como siempre, presente en nuestras vidas.