miércoles, 10 de noviembre de 2010

ESPERANDO

Es infinitamente triste pensar que los innombrables que mandaron a matar y a torturar a miles de personas, que destruyeron a miles de familias, causando un daño irreparable por generaciones, mueran en paz, naturalmente, mientras nosotros seguimos padeciendo. Todavia seguimos esperando respuestas, esperando que aparezcan nuestros muertos, que aparezcan los registros, detallados y precisos, que estos miserables llevaban en todos los campos de detención, detalles todos que nuestros gobernantes parecen haber olvidado, pero que nosotros no sólo no hemos olvidado, sino que seguimos esperando.