martes, 1 de diciembre de 2015

Leía las palabras de mi hermano y pensaba: Nos robaron tus sueños, pero también los nuestros. Nos robaron la memoria de tu rostro, el sonido de tu voz, de tu sonrisa, tus abrazos, tus caricias. Nos robaron a un tío cariñoso, que quizá por su juventud hubiéramos sentido mas cercano, confidente, que nos hubiera consentido y apoyado cuando fuera necesario. Nos robaron una infancia feliz, sin gritos, sin llanto, sin tensiones, sin angustia...
Estamos felices porque pronto estarás en casa, pero también estamos tristes porque esas cosas jamás podremos recuperarlas, porque nunca nos dejaron tenerlas.....
María Silvina SAIBENE

No hay comentarios:

Publicar un comentario